Un año pitufando

Si, aún no nos lo creemos mucho pero nuestra Pitufona cumple un añito.

Nuestra pequeña de las mil ecografías. De los miedos en la sala de espera de la consulta. De las radiografías con apenas 24 horas.

Nuestra pequeña del piel con piel con papá. Que nació por cesárea pero con la misma carita de su hermano. Nuestra pequeña del colecho, del porteo, del «que diferente es todo con el segundo». Pero que igual.

Nuestra pequeña de la fuerza insospechada. De temperamental genio. De sonrisas infinitas. De «chupaos esa malos pronósticos».

Nuestra pequeña pelona. Con sus cuatro dientes y sus manitas inquietas. De pequeños pies y barriga redondita. Que le encantan las cosquillas.

Nuestra pequeña que gatea por toda la casa haciendo competiciones con su hermano. Que ya se quiere levantar y pone esa cara de aventura cuando lo consigue.

Nuestra pequeña que vino a poner un poco más patas arriba nuestras vidas y lo llenó todo con sus carcajadas. Que ni siquiera en los días más duros perdió su alegría. Que soporta estoicamente revisiones y pruebas. Que no hace más que darnos lecciones de lo flojos que somos los adultos con su energía incombustible.

Nadie me recibió nunca con tanta alegría cuando vuelvo del trabajo, ni me miró así al despertar.

Gracias por ser, gracias por estar, gracias por elegirnos para ser tus padres. Gracias por llenar de risas la casa. Gracias por ser el complemento perfecto para Piticli. Gracias por ser el engranaje de la familia. Te queremos.