Cornelio es un cocodrilo en apariencia como otro cualquiera. Pero muy pronto descubrimos que es especial.
No se conforma con ir arrastrándose sobre sus cuatro cortas patas. Él aprende a erguirse sobre sus patas traseras e ir caminando. Desde allí arriba ve mucho más que sus compañeros.

Pero, cuando intenta compartirlo con ellos, éstos simplemente se limitan a continuar sobre el suelo e ignorar sus palabras.
Un poco descorazonado pero contento ante la perspectiva de llegar más allá que el resto de cocodrilos, Cornelio se va a investigar. Y encuentra a un simpático mono que le apoya y le presta ayuda cuando decide imitarle.

Al contrario que sus compañeros, Cornelio está abierto a nuevas experiencias y con su valor y amor propio consigue colgarse como su amigo el mono. La relación establecida entre ambos es ejemplar. Cornelio consigue su objetivo porque el mono cree en él y además le ayuda. ¿Por qué no iba a conseguirlo?

Sin embargo cuando vuelve a su hogar se encuentra de nuevo con la incomprensión de los suyos. Mientras duda si quedarse entre aquellos que no le comprenden, hace un descubrimiento. Y es que realmente los demás envidiaban sus nuevas habilidades.

Este cuento de Kalandraka además de sus cuidadas ilustraciones cautiva por lo que transmite. Cornelio, su protagonista, no se conforma con ser como los demás. Lucha por aquello que quiere hacer a pesar de que sus amigos no le apoyen en un principio. Se aventura por el camino difícil y con esfuerzo sale victorioso. Aunque le duele un poco la actitud de los demás, comprende que el problema lo tienen ellos, no él.
Sin duda, una lección para los más pequeños, que a veces se dejan presionar (como los adultos hacemos) por lo que piensan los demás.
Autor: Leo Lionni
36 páginas
Editorial Kalandraka
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