Soy una persona positiva y fuerte. Si, lo soy y si echo la vista atrás lo he ido siendo cada vez más. Según he ido creciendo me he enfrentado a situaciones de la vida más o menos duras. Y he conseguido superarlas o vivir con ellas.
El diagnóstico de Pitufona ha sido una de esas pruebas de la vida que te hace conocerte aún más. Y saber lo fuerte que puedes llegar a ser. Las ganas de luchar, de avanzar, de no quedarte en un rincón llorando. Que nada ganas lamentándote. Y que hay muchísima gente que está peor que tú. Pero mucha mucha. Y así no te permites un día de descanso. Sonríes valiente ante diagnósticos y pruebas. Ayudas a sujetar a tu hija en radiografías y análisis. Te felicitan enfermeras y médicos por tu sangre fría y tu colaboración.
Pero hay días. Hay días como hoy que tienes una revisión normal en la consulta de síndromes. Y acudís como siempre, con tu carpeta de papelotes, algunas dudas y ganas de saber. Y aunque no es que te cuente nada nuevo, no hay los avances que te gustaría. Y se junta con una nueva cita con oooootro especialista más. Aguantas otra consulta de preguntas, mediciones y teorías. De incógnitas y «nunca sabemos como se desarrolla en cada caso». Ya no entramos en percentil. Quizá haya que hacer más pruebas. Por lo demás está sana, activa y feliz.
Realmente ha sido una consulta como la de cualquier otra revisión de las suyas. Sin embargo hoy no. Hoy sales con un peso que te oprime el pecho. Te cuesta contestar a todos los mensajes preguntando que qué tal en el whatsapp. Contestas con pocas ganas. Comentas que estás de bajón. La reacción habitual suele ser o quitar importancia o intentar subirte el ánimo. Y sabes que lo hacen con todo su corazón. Son gente legal, no es por cumplir. Sabes que quieren lo mejor para ti, pero hoy no te valen esas palabras. No te apetece explicar que no es que le des importancia al percentil, es que es una cosa más a sumar en la ecuación que os ha tocado.
Acostumbrados a tu optimismo, tu disponibilidad a hablar del tema sin tapujos, sin dramas, a veces incluso con asepsia. Se sorprenden. ¿ Por qué hoy? ¿Qué es diferente hoy?
Pues hoy necesito llorar. Así ha tocado. Y lo mismo es porque a veces no me lo permito. No me permito esos momentos y son tan necesarios como otros cualquiera. Me obligo a ser fuerte y sentirme afortunada, porque realmente sé que lo soy en este mundo paralelo de las enfermedades raras. Pero somos humanos. Y mi fallo es que a veces se me olvida. Lloro por otros casos, empatizo con cualquiera que me cuente sus cosas. Pero luego lo mío me lo trago hasta que un día sube a flote. Y hoy ha sido ese día.
Y ni siquiera lo iba a escribir. Un post así, en pleno momento subidón blogueril con las votaciones parece que vengo a ser la waterparties de turno.
Pero tengo dos musas que son Criando24/7 e ¿Y de verdad tienes tres?, que no solo se enfrentan día a día a su situación de diversas (mucho más difícil que la mía). También me han enseñado la importancia de mostrar que eres humana, de tus debilidades. Y aquí dejo mi bajón, por si a alguien le ayuda como me ayudan a mí ellas. Porque a veces nos imponen o autoimponemos las capas de superheroínas.
Y éstas también tienen que parar, llorar, y seguir. Quizá escribir un post del tirón y darle a publicar sin mirar atrás.
Mañana no habrá lágrimas. Porque todos los días sale el sol, chipirón.
19 Comentarios
Tengo una amiga pasando por un segundo cancer. No se permite llorar por lo mismo que tú dices. Porque se siente afortunada de seguir con vida, de que su hija esté sana, de pensar que hay personas que están peor que ella. Y no quiere llorar. Pero yo le digo que tiene derecho a llorar. Porque hace falta soltarlo todo y porque hay días que es lo único que apetece. Y por eso no se es menos agradecida por lo bueno que tiene en su vida. Simplemente hace falta soltar lastre. Como te ha pasado a ti. Claro que hace falta llorar y no querer hablar con nadie. Eso no significa ser menos fuerte. Un abrazo guapísima y ánimo.
Muchas gracias, un día de esos de vez en cuando es súper necesario. Un abrazo fuerte a tu amiga, y a ti claro
Nosotras también tenemos derecho a llorar, a sentirnos vulnerables y débiles. Derecho a desahogarnos a dejar el traje de superheroinas por un día. Nos hace más débiles, nos hace más humanos.
No pasa nada por llorar, a veces es muy necesario para poder seguir caminando y luchando. El derecho a pataleta lo tienes, úsalo cuanto quieras.
No se que ha pasado, pero espero que no sea nada y todo quede solo en un lejano recuerdo.
Somos humanos y tienes que deshaogsrte por supuesto que tienes derecho de eso y de mucho más necesitas descansar para poder seguir hacia delante
hasta la persona más fuerte y positiva necesita llorar, necesita darse un descanso. Así, el cuerpo libera tensiones y se recupera para seguir luchando. Mucho ánimo y para adelante!
Hay mi niña! Somos humanos, y llorar es tan necesario… como dice la Quiles desatasca tuberías. Un abrazo enorme!
Tienes todo el derecho, claro. Sabes que tienes mi y nuestro apoyo. Si ya has llorado ayer, espero que hoy os riáis con nosotros. Se os quiere, familia.
Hoy vamos a darlo todo. Larga vida al rock and roll
Ufff, me has hecho llorar contigo. Porque son las 00:40 de la noche y no son horas de presentarme en casa de nadie pero sino me presentaba en tu casa y te daba un abrazo bien fuerte (y eso que me cuesta dar abrazos) pero te lo daría, te lo llevarías porque te lo has ganado. Llorar es sano. Un beso muy fuerte y aunque entre semana lo tengo complicado y aunque ya tienes tu tribu en el barrio, si algún finde quieres que nos veamos un rato ya sabes que no tienes más que decirlo. Un beso fuerte fuerte fuerte.
Cuanta más gente mejor, tú eres otra cosa de las buenas de este barrio y tenemos que vernos más, que para eso vivimos al lado.
Solo te diré… que te quiero mucho amiga.
Y yo a ti.
Por supuestísimo que tienes derecho a llorar, y a enfadarte, y a mandar al mundo a tomar el sol. Y si ha sido hoy, pues es hoy, que igual otro día te da sin siquiera ir a consulta, y también estará bien.
Mil abrazos, no para que dejes de llorar, solo para darte compañía y calor si la necesitas.
Muchísimas gracias, de verdad que el calor llega y me siento arropada.
Ay cielo, es que los bajones SON NECESARIOS. De otro modo estríamos viviendo una realidad irreal, y, además, ayudan a soltar estrés y a enfocarse en lo importante.
Tienes, puedes y debes permitirte llorar.
Y sabes que estamos aquí, y que te entendemos y apoyamos.
Mil besos
Gracias Vanesa, aprendiendo cada día.❤️
Como bien dices, a veces necesitamos llorar. O gritar, encerrarnos en el baño y enfadarnos con el universo. Y eso no es absolutamente nada excluyente de ser resilientes, optimistas y naturales con la realidad que vivimos.
Tener la valentía de llorar en público, a través de nuestras bitácoras, no sólo nos permite hacer catarsis sino que ayuda a conseguir tolerancia a través de la empatía y a muchas otras madres o padres con vivencias parecidas a verse reflejados, a sentirse menos solos.
Te mando un abrazo de esos que daba mi abuela Julia y con los que me sonaban las costillas.
gracias por todo <3