2017, punto y pelota.

2017 se acaba. Punto y pelota. – Mamáaaa, no se dice punto y pelota. -Bueno, pues chispún.

Ha sido un año intenso y variado.

Empezamos, como más nos gusta, con una escapadita en familia. Piticli le cogió gusto al jacuzzi y pudimos tirarnos unas bolas de nieve. A este viaje seguirían unos cuantos más, y la primera salida de Pitufona al extranjero. Hemos disfrutado de la naturaleza, cazado olas en las playas del norte y del sur, viajado en avión. Conocido especies animales que nunca imaginamos y visto árboles de formas imposibles. Reinado en castillos de cuento de hadas. 

Seguimos inculcando el germen viajero en nuestros pequeños como una manera más de aprendizaje. Y el 2018 promete.

El comienzo del año también traía gran expectación por los Premios Madresfera y por supuesto por el Bloggers Day. Es difícil comprender el estado de exaltación de ese día. Desvirtualizar a gente con la que hablas a diario y por fin poder darles un achuchón ha sido sin duda uno de los grandes momentos del año. Ha habido más eventos en los que poco a poco he podido conocer en persona a más bloguer@s  y a día de hoy puedo decir que algunos de ellos ya no se librarán fácilmente de mí.

Los peques han ido creciendo este año y eso nos ha permitido aumentar las actividades en familia. Ya sean talleres de lectura, eventos frikis o ir al mercado. También hemos tenido jarana para rato en las fiestas de la guarde o actividades del cole. Raro ha sido el mes en el que no tuviésemos varias cosas planeadas, y esperamos poder seguir contándolas por aquí, porque no pensamos estarnos quietos.

Este blog nació por mi necesidad de contar lo que íbamos averiguando de la enfermedad de Pitufona. No encontraba gran cosa en la red y pensé que podría compartir nuestras experiencias, dar a conocer la enfermedad y quizá conocer a algún afectado más. El año no podía haber haber arrojado un saldo más positivo en este aspecto. Hemos conseguido difusión gracias a la labor de mucha gente del 2.0 .  Pero sin duda lo más importante es que he encontrado un grupo de gente maravillosa, afectados o familia de afectados con los que compartir este viaje. Siendo la benjamina del grupo no puedo estar más agradecida de haber encontrado este apoyo. Y que alguna gente nos haya encontrado gracias a este blog o el grupo de facebook me hace super feliz. No nos perdáis de vista porque pronto habrá novedades. Y es que la unión hace la fuerza.

El mundo 2.0 me ha traído muchas alegrías, pero el no virtual también. He disfrutado de muchos momentos en familia. De muchas risas con mi tribu (qué haría sin vosotras). Hemos ido de boda y bailado hasta el amanecer rodeados de grandes amigos. Celebrado cumpleaños. Sufrido parques de bolas. Tomado vermús de domingo. Cenas de madres locas. Cotilleado a horas intempestivas. Nos hemos consolado ante los baches del día a día. Simplemente hemos compartido un año más, con sus luces y sombras. Brindo porque sean muchos más y mejores.  Una vez más he intentado llevar a cabo una de mis frases favoritas: 

 «Y se dió cuenta de que la vida no era eso, la vida es caer y levantarse, y volverse a caer y volver a levantarse; la vida es alegrarte los viernes y joderte los lunes, y abrazarte a quien te abrace y a quien no te abrace pues no te abrazas y punto, y no pasa nada».
Carmelo Gómez (La gran vida)

Porque es así, porque a veces intentamos luchar contra corriente aferrándonos a personas o situaciones que ya no suman nada en tu vida,  es mejor dejarlas ir. Y no pasa nada.

Se acaba el año. Y como siempre lo que más me duele y más echo en falta es a mi padre. No solo como hija. No hay día que no piense en lo que disfrutaría con sus nietos. Y me muero de la pena de que no pueda verlos crecer. Siempre nos faltarás a la hora del brindis, pero a la vez estás en nosotros. Y en ellos.

Así que pido al 2018 seguir contando con todos a los que quiero, porque al final es lo único importante.

Palabrita de despeinada.